¿Es mejor la cloración salina?
Estamos a pocos meses de que llegue el verano y empecemos a usar las piscinas. Es por ello que muchos de nuestros clientes se hacen la siguiente pregunta ¿Es mejor la cloración salina?
Desde Xedicon queremos ayudaros a resolver vuestras dudas y a entender las bondades de un sistema de electrólisis salina frente al sistema de desinfección tradicional de cloro químico en pastillas o líquido.
Como todos sabemos, el agua de las piscinas se filtra a través del sistema de depuración, pero no es suficiente para obtener un agua de calidad libre de organismos patógenos, por ello, es preciso desinfectarla químicamente y evitar de ese modo la proliferación de algas, bacterias o cualquier otra sustancia que pueda suponer un riesgo para la salud humana, tal y como establece el RD 742/2013 en su artículo 10.
El método más común para desinfectar piscinas privadas de uso particular, son las conocidas pastillas de cloro, en sus diferentes composiciones, como son dicloro, tricloro, multiefectos, etc. En el caso de piscinas privadas o públicas pero de uso colectivo, se usa el hipoclorito sódico (cloro líquido) mediante dosificación con bomba. Estos métodos tienen una buena aceptación por la mayoría de los usuarios y de los profesionales, dado que cumples con las expectativas deseadas y normativas reguladoras. Pero no son la única opción de desinfección, hoy en día hay múltiples sistemas como son la electrólisis salina, la luz ultravioleta, el bromo, el magnesio, etc. Pero vamos a centrarnos en el archiconocido sistema de cloración salina.
¿En qué consiste? Es un sistema moderno y seguro en el cual se encuentran dos elementos principales, la centralita o fuente de alimentación y la célula donde se hayan los electrodos.
¿Cómo funciona? Necesitaremos que nuestro agua tenga un aporte de sal (cloro + sodio = cloruro sódico) externo, añadido al comienzo de la temporada. La concentración media es de 5 gramos por litro, muy inferior en comparación con el agua del mar que tiene cerca de 35 gramos por litro.
Una vez aplicada la carga de sal necesaria según el volumen de agua de la piscina, nuestro sistema de electrólisis ya estará en condiciones de comenzar a desinfectar. Para ello, el agua salada pasará por el interior de la célula donde se encuentran los electrodos, uno positivo o ánodo y otro negativo o cátodo. En ese momento la corriente eléctrica generada por la fuente de alimentación dará lugar a la electrólisis, lo que derivará en varias reacciones electroquímicas en cada polo.
Fruto de esas reacciones obtenemos hidróxido de sodio, hidrógeno y cloro. Este cloro, en medio acuoso produce hipoclorito sódico y ácido clorhídrico. El ácido hipocloroso es el principal desinfectante que destruye bacterias, mohos y algas. Mientras tanto, el hidróxido de sodio (sosa) se neutraliza con el ácido clorhídrico volviendo a formarse la sal. Además, la célula genera automáticamente un cloro libre que no se degrada, evitando por ello las cloraminas, sustancia tóxica que se forma al entrar en contacto el cloro con sustancias orgánicas como el sudor, la orina, insectos y hasta las hojas de la vegetación del entorno.
¿Por qué es más saludable que las pastillas? Principalmente porque la ausencia de cloraminas evita el enrojecimiento de los ojos, el deterioro del cabello o la piel seca, y además, en niños con predisposición a tener asma, evita que puedan sufrir grandes riesgos como son la lesión del epitelio pulmonar. Además, la sal es un antiséptico suave y natural.
Para tener un sistema correcto de cloración salina es preciso instalar una bomba de control y regulación del pH, dado que si el pH está por debajo o por encima de los valores medios entre 7,2 y 7,6 el cloro no actuará correctamente. Estas bombas reguladoras de pH necesitan disponer de ácido sulfúrico (al 40%), para poder reducir la concentración en el caso de necesitarlo.
No olvidemos que un pH bajo (agua ácida) o un pH alto (agua alcalina) puede provocar irritación en ojos, piel y mucosas de los bañistas, por lo que es imprescindible tener este parámetro controlado en todo momento.
¿Es compleja la instalación de un clorador salino? Definitivamente no, pero es un trabajo que debe hacerse por profesionales, dado que hay que modificar la instalación hidráulica así como la instalación de sondas, sistemas eléctricos, etc.
¿Es mucho más caro que el sistema tradicional? Realmente el coste del mantenimiento del agua mediante un sistema de cloración salina es más o menos parecido al del uso de pastillas, con la única diferencia del coste del equipo clorador y la instalación. Pero evidentemente es una inversión para nuestra salud y la de nuestros hijos.
En conclusión, es muy recomendable que los propietarios de piscinas adapten su instalación al sistema de cloración salina, dado que los beneficios para la salud son muy elevados sobre todo para los niños que son los principales usuarios de las piscinas. Con un sistema de cloración salina evitamos tener que usar otros productos químicos como algicidas, floculantes, etc.
Y para finalizar, lo más importante es saber dimensionar el equipo de cloración salina que necesitamos, que va en función del volumen total de agua de la piscina, así como del número de usuarios o bañistas. Una mala elección hará que nuestro equipo no genere la cantidad de cloro libre necesario, lo que derivará en una deficiente desinfección del agua.
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